domingo, 31 de mayo de 2015

¿Qué es el amor?


        Desde el inicio de la humanidad el amor ha inspirado a grandes filósofos, poetas, escritores, pintores, cantantes y a simples mortales.
        Ha motivado guerras, encuentros, desencuentros, grandes pasiones, ilusiones, desilusiones y esperanzas…
         El amor es un tema que nunca pasa de moda; ha sido (y es) estudiado desde diferentes campos de conocimientos. En este último tiempo, dado el alcance de los avances científicos y tecnológicos, el fenómeno del amor ha captado la atención de un campo muy particular: las neurociencias, que lo describe como un conjunto de procesos neurológicos, conductuales y emocionales que experimenta todo ser humano.
         Existen numerosos investigadores que asocian los efectos del amor con los efectos que causan algunas drogas (como el alcohol, el cigarrillo y determinadas sustancias adictivas). En ambos casos se activan ciertos circuitos cerebrales localizados, principalmente, en el cerebro reptiliano y en el sistema límbico, donde se produce la secreción de neurotransmisores como la dopamina (que nos hace sentir placer), la oxitocina (que crea un vínculo fuerte de apego) y la norepinefrina (asociada a la euforia), entre otras.

Imagen extraída de: cafedeciencia.files.wordpress.com/2014/10/cuando-nos-enamoramos.jpg 
     
         De acuerdo al Dr. Eduardo Calixto, neurofisiólogo del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, la liberación de dopamina en el cerebro produce diversas reacciones fisiológicas en el organismo como el incremento de la frecuencia cardiaca o de la presión arterial. Para una persona enamorada estos síntomas son experimentados como un corazón que late fuertemente cuando ve al objeto de deseo, o como la sensación de adrenalina corriendo por toda la sangre e incluso como un corazón roto de amor. 
          Tanto este tipo de amor romántico o hacia la pareja, como el amor profesado entre padres e hijos, hermanos, familiares, amigos, etc., se encuentran biológicamente relacionados y tienen en común algunos circuitos neuroquímicos.
        Por último, no debemos olvidarnos que, además de seres biológicos somos también seres humanos insertos en determinados contextos sociohistóricos-culturales, regidos por normas, principios, valores, ritos y representaciones propios de cada sociedad. Por lo tanto, todo esto también repercute e influye en nuestro sistema biológico, orientando y modificando nuestras conductas.

Bibliografía
*Berenice MCS. (2014) El amor no es un Sentimiento, Es un Impulso. Consultado el 22 de mayo de 2015. En:https://diavirtual.wordpress.com/2014/05/27/del-amor-sin-lo-romantico-amor-romantico/
*Portal Centro de Cultura Digital. El amor en tiempos de la neurociencia. Consultado el 22 de mayo de 2015. En: http://www.centroculturadigital.mx/es/actividad/el-amor-en-tiempos-de-la-neurociencia.html

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